¿Es mejor una placa de inducción o vitrocerámica? ¿Cuáles son las diferencias, costos y ventajas de los dos sistemas de cocción? En esta guía analizaremos las características y diferencias entre la inducción y la vitrocerámica, brindándote toda la información que necesitas para elegir la placa de cocción más eficiente y conveniente para tus necesidades.
La vitrocerámica y la inducción son dos tipos de encimeras de última generación, que te permiten cocinar de forma eficiente sin necesidad de fuego y llamas .
De hecho, para cocinar bien, la creatividad y la habilidad no son suficientes, también necesitas el soporte técnico adecuado. Por tanto, una buena placa de cocción es fundamental para obtener resultados satisfactorios en la cocina. Para tomar la mejor decisión y elegir la encimera perfecta para tu cocina, necesitas conocer el material. Echemos un vistazo más de cerca a cómo funcionan estos dos soportes de cocina, analizando sus respectivas ventajas y desventajas.
Inducción
Prácticas, elegantes, fáciles de limpiar y altamente eficientes: las placas de inducción son una de las alternativas más innovadoras para tener en la cocina. Desde el punto de vista estético son sin duda fascinantes, gracias al diseño limpio y refinado que las caracteriza. También tienen rendimientos y rendimientos muy altos.
A diferencia de las placas de gas clásicas, las placas de inducción funcionan con electricidad . De hecho, debajo de la tapa de vitrocerámica hay bobinas, que generan un campo magnético que se transfiere directamente a las ollas, sin dispersión de calor en el ambiente externo.
El calor necesario para la cocción de los alimentos se produce en el interior de la olla y solo donde se coloca la olla, con una doble ventaja: el resto de la encimera permanece fría y no hay riesgo de quemaduras , y no hay dispersión térmica. En términos de eficiencia energética, las placas de inducción no tienen rival: alrededor del 90% de la energía se convierte en calor para cocinar alimentos, en comparación con el 40% de las placas de gas clásicas.
Otras ventajas son:
- cocción rápida y uniforme;
- extrema facilidad de limpieza;
- mayor seguridad.
¿Cuáles son las desventajas de la inducción?
Después de este resumen de indiscutibles beneficios, sin duda se estará preguntando dónde está el truco. No hay truco, esos beneficios son reales. Pero, como en todas las cosas, también hay una desventaja a tener en cuenta. En concreto, estos son dos aspectos:
- Altos costes : comprar una placa de inducción supone un gasto superior al de una placa tradicional. Además, será necesario tener en cuenta las facturas de la luz más elevadas (frente a un ahorro en la del gas) y la necesidad de contar con un contador más potente de lo normal para cubrir las necesidades energéticas domésticas.
- Necesidad de utensilios de cocina específicos : si cree que puede usar su antiguo juego de utensilios de cocina, está equivocado. La placa de inducción, de hecho, requiere el uso de bandejas de inducción especiales , con fondo plano y hechas de material ferroso. También hay discos adaptadores para sartenes tradicionales en el mercado, pero el rendimiento no es el mismo. Por lo tanto, el reemplazo del juego de ollas también debe agregarse al gasto total.
Cerámica de vidrio
Las placas de vitrocerámica tienen varios puntos en común con las de inducción. En ambos casos no estamos en presencia de una llama abierta y las ollas se colocan en contacto directo con la tapa. La fuente de alimentación es siempre la electricidad y, por tanto, será necesario electrificar la cocina incluso con una placa de este tipo.
Además, también en este caso la superficie es de vitrocerámica , un material resistente al calor y a los choques térmicos que puede llegar hasta los 800 ° C, y es igualmente fácil de limpiar.
¿Cuáles son las diferencias?
La diferencia entre la inducción y la vitrocerámica consiste principalmente en que en la vitrocerámica, la placa se calienta mediante placas radiantes : más eficiente que el gas (con una eficiencia de aproximadamente el 48%) pero mucho menos que la placa de inducción. Ambas son placas eléctricas pero en las vitrocerámicas, el calor generado por las placas calienta primero la placa y solo después las ollas, con un mayor derroche de energía.
Además, el hecho de que se caliente la placa de cocción y no la olla aumenta el riesgo de quemaduras y la aparición de incrustaciones de alimentos debido al propio calor.
Los costes son superiores a los de las encimeras de gas también en este caso, y varían según los materiales, las dimensiones, el número de quemadores y el diseño. La buena noticia es que no es necesario contar con cacerolas específicas, aunque es mejor evitar las de cobre con un fondo demasiado irregular.
Inducción o vitrocerámica: ¿cuál elegir?
Ambas soluciones son muy válidas y tienen pros y contras específicos. En términos de eficiencia energética, las placas de inducción son las ganadoras indiscutibles: garantizan un alto rendimiento sin desperdicio ni pérdida de calor. El gasto inicial es considerable y existe la necesidad de cambiar ollas y sartenes, pero se amortiza en parte con el tiempo.
Si el presupuesto es limitado y quieres evitar tener que sustituir también las ollas, las placas de vitrocerámica son una alternativa práctica, funcional y elegante , pero más eficiente que las tradicionales placas de gas.